Cañon de añisclo

En pleno Pirineo de Huesca, al sur del macizo de Monte Perdido, se encuentra el cañón del Añisclo. Forma parte del parque nacional desde 1982, y representa uno de sus paisajes más emblemáticos. El río Bellós se ha encargado de esculpirlo durante cientos de años, y gracias a su discurrir constante brota un amplia variedad de vegetación: encinares carrascales por el sur, con alguno de litoral salpicando el paisaje; hayedos y pinares desde el norte, además de bosques mixtos.

La primavera y el verano son excelentes épocas del año para visitar esta maravilla natural de orografía compleja. Avanzado el otoño, durante el invierno y el inicio de la primera, el deshielo y la intensidad de las lluvias pueden dificultar el tránsito.

Senderismo por el Cañón de Añisclo

como ir a cañon de aniscloLa mejor opción para conocer en profundidad el paisaje del Cañon de Añisclo, poder detenerse a admirar sus peculiaridades y tomar fotos del cañón de Añisclo, es practicando el senderismo. Puedes llegar en coche hasta la población de Escalona, y desde ahí tomar el desvío hacia el cañón siguiendo las indicaciones. Llegarás al aparcamiento de San Úrbez, no sin antes atravesar un estrecho desfiladero, el de las Cambras y el puente sobre el río Bellós. Cerca está también la ermita de San Úrbez, una cueva del siglo VIII donde vivió el santo que le da nombre.

En la zona se inician varios caminos, desde los más sencillos y cortos hasta los que requieren de más tiempo y condición física. Uno de ellos es el del puente sobre río Bellós, una ruta circular que te permitirá admirar las vistas hasta dar con el río Aso, que prosigue su cauce formando cascadas. Solo lleva 45 minutos.

Circular es también la ruta Sercué del cañón del Añisclo, cuyo nombre toma del despoblado que se visitará en el camino. Lleva más tiempo, unas tres o cuatro horas, pero merece la pena por enclaves como la iglesia románica.

 

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Hay otras dos rutas que se inician en el entorno de San Úrbez, pero ambas presentan algo más de dificultad y obligan al excursionista a volver sobre sus pasos. Uno de ellas es la de La Ripareta, que atraviesa la confluencia con el barranco de La Pardina. El desnivel es de 440 metros y el cauce dibuja paisajes muy hermosos, pero se requiere mucha prudencia al asomarte.

Desde ella discurre otra ruta, la de Fuen Blanca, que se configura como una continuación. Es decir, que a las tres o cuatro horas que toma la llegada a La Ripareta, debes sumar otras dos o tres para llegar a la cascada de Fuen Blanca. Si te quedas con ganas de más, puedes llegar al Collado de Añisclo.

Qué más hacer en el Cañón de Añisclo

Si te gustan los deportes de aventura, además de recorrer la ruta a pie, puedes realizar otras actividades para conocerla en profundidad. En la zona hay afincadas varias empresas especializadas que guían y te dotan con el equipo necesario para garantizar su seguridad.

El barranquismo es una de las posibilidades, y se realiza concretamente por el Barranco de Viandico. No tienes que preocuparte por la dificultad, pues está diseñada para iniciarse en la actividad. De hecho, permite aglutinar diferentes niveles de experiencia, pues presenta un rápel de hasta 114 metros, con saltos de ocho y laberintos.

Lo único que se exige es tener siete años o más, saber nadar y gozar de una condición física normal, así como llevar el equipamiento que te sea solicitado: bañador, calzado deportivo, toalla, etc. Por lo tanto, hacer actividades divertidas en el cañón de Añisclo con niños también es posible.

Otra opción es la espeleología, para que aquellos que quieran sumirse en las profundidades de la tierra. En el valle de Añisclo se localiza una cueva horizontal con entrada y salida de 1,3 km, y que cuenta con pasadizos, naves o esculturas para hacer las delicias de los visitantes. Si quieres combinar esta actividad con la anterior, puedes combinar la vuelta con el descenso de un barranco, algo para lo que tampoco se requiere mucha experiencia.

Más puntos de interés en el entorno

Para visitar el cañón de Añisclo en coche, debes saber que durante la temporada alta la carretera de Escalona a San Úrbez mantiene un único sentido. Para salir, puedes tomar la carretera de Buerba y Vió, que regresa a Escalona, o bien ir por Fanlo hasta Sarvisé.

Todas son pequeñas localidades con mucho encanto, con casas de piedra y tejados a dos aguas, recogidas entre las montañas. En la zona podrás encontrar establecimientos que te ayudarán a conocerla por otra vía importante, la gastronómica. Las migas a la pastora, la sopa oscense o de ajo, los productos derivados de la caza y los embutidos son solo algunos platos con los que puedes deleitarte.

Dónde alojarse

A poco de las localidades de Jaca y Sabiñánigo, amrutas senderistas por el cañon de anisclobas perfectamente accesibles, puedes encontrar los Apartamentos Casa Pérez. Se componen de tres casas en pleno corazón de los Pirineos Aragoneses, en la pequeña Yebra de Basa.

Es el lugar ideal para respirar aire puro y sentir de cerca una naturaleza que te inducirá a la tranquilidad. Un alojamiento que puedes tomar como base de operaciones para tus excursiones, entre otros, al cañón de Añisclo. Merece la pena ir varios días para ver cuanto más mejor.

 

El cañón de Añisclo guarda toda la esencia del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, un lugar ideal para recorrer a pie en rutas de diferentes dificultades y que puede convertirse en el escenario perfecto para tus actividades de aventura. Te aconsejamos reservar en un alojamiento tranquilo una casa rural con encanto en el que pasar varios días.